La introducción y los primeros desarrollos de la ganadería en México ya ha sido estudiada en algunos de sus aspectos particulares, pero no de manera global.
Hay varios rasgos que marcan diferencias importantes entre las ganaderías de diversas partes de América, a la vez que permiten individualizar a la mexicana frente a otras. El primero de ellos se deriva de la época en que el ganado hizo acto de presencia, ya que su introducción ocurrió en distintos momentos según el lugar de que se tratase.
La intensidad con la que se vivió el primer contacto indoeuropeo y la introducción del ganado marca otro característica para diferenciar la historia ganadera de unas y otras áreas. En algunos casos, como en el Caribe o Argentina, se trató de un proceso gradual o en el que a menudo los animales precedieron a los hombres europeos en la ocupación del espacio y el aprovechamiento de los recursos.
En México, el primer contacto se fue mediante un proceso más brusco, realizado por una acción militar de conquista. Los primeros animales europeos fueron introducidos como recursos para la guerra, y no fue sino hasta que finalizó la etapa bélica, que se abrió lugar a la explotación pecuaria.
La introducción del ganado en las zonas más desarrolladas y grandes de América tuvo efectos más complejos que en otras. Por ejemplo, afectó la vida de los agricultores indígenas e incidió en las estructuras de propiedad de la tierra, por sólo citar dos de las consecuencias más significativas. Además, la competencia por el espacio entre hombres y animales fue muy acusada. Estos y otros temas no menos relevantes marcan los puntos totales y ayudan a evaluar la historia del ganado y la ganadería en México.
Los cerdos figuraron muy temprano en el proceso de la conquista porque eran animales que se podían transportar fácilmente por barco y servían de sustento en las expediciones por mar. En tierra eran muy adaptables y tenían gran capacidad para sustentarse por sí mismos. Se trataba de una variedad de cerdos delgados, fuertes y rápidos que tenían bastante movilidad y no requerían mucho cuidado.
El oficio de criador de puercos fue común entre los españoles menos afortunados y algunos de los recién llegados. Varios de los primeros conquistadores y pobladores se identificaron como porqueros de los capitanes conquistadores y los encomenderos.
Alimentado casi exclusivamente de maíz y desechos, el puerco redujo poco a poco los espacios que ocupaba. Su residencia habitual se concentró en las inmediaciones de las viviendas humanas, dentro de la periferia de los poblados, y su cría fue tomada como materia de economía doméstica, compañera de la de aves de corral.
¿Sabías de este comienzo de la ganadería en nuestro país? Coméntanos qué te pareció y si te gustaría una segunda parte abarcando más aspectos de la historia.
Información adaptada de:
Bernardo, G. M. (s.f.). Los primeros Pasos del Ganado en México.